Sativa:
En las mismas condiciones, las sativas crecen más que las indicas. Los cogollos de sativa tienden a crecer más que los de las indicas, ya que se desarrollan a lo largo del tallo en lugar de agruparse alrededor de los internódulos. Sin embargo, una vez secos suelen pesar menos que los de indica, debido a su menor densidad. Los cogollos de sativa también suelen tener un olor menos fuerte que el de los cogollos de las indicas, tanto en la planta como secos.
Las sativas necesitan más tiempo para florecer. Por lo general, culminarán su floración entre 9 y 12 semanas; sin embargo, necesitarán menos tiempo vegetativo ANTES de florecer que las indicas. Por lo tanto, el tiempo total necesario para las sativas es aproximadamente el mismo que para las indicas (y a veces menos, en términos de ‘horas de luz’).
Las sativas suelen continuar ganando altura al tiempo que florecen, ganando a menudo 200%, 300% o más de su altura vegetativa mientras florecen. Esto se debe a que en la zona ecuatorial no hay tanta diferencia entre las horas de luz diurna en invierno y en verano. Por lo tanto, en su entorno nativo, las sativas crecerán y florecerán al mismo tiempo. Esta es la razón por la cual los cultivadores de interior no deben permitir demasiado crecimiento vegetativo a una sativa antes de inducir la floración. Si son cultivadas a partir de clones, muchas variedades de sativa pueden florecer tan pronto como el clon eche raíces.
A pesar de su menor peso y de un tiempo potencial de floración más largo, las sativas son muy apreciadas por muchos cultivadores por su efecto ‘euforizante’, de ‘subida’; una subida que se puede caracterizar como cerebral, energética, creativa, risueña y hasta psicodélica. Es menos impactante que el efecto ‘de dejarte de piedra’ de la indica, y es menos probable que envíe a dormir al consumidor.
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